martes, 30 de julio de 2013

El amor de dos hayas no tiene parangón



El amor de dos hayas no tiene parangón
El sábado 04-05-2013 había anunciada una salida –yo diría que semiclandestina, por lo que diré más adelante– del Mendiko Lagunak mendi Taldea, en asociación –no sé si siniestra– con la ikastola Aresketa para de alguna manera hacer un guiño de complicidad con ocasión de celebrarse el 16-06-13 el “Araba euskaraz” en Amurrio. (En propiedad, al celebrarse aquí, es decir, en Aiara/Ayala, debería ser denominado Aiara euskaraz o, mejor aún, Aiara Herri euskaraz. Utilizando todas sus letras históricas, que para eso tenemos nuestra propia identidad avalada por muchos siglos de historia).
El caso es que en el blog del club de montaña sólo se anunciaba el día de la salida bajo el títular “Araba Euskaraz Ibilaldia” y en la web de la ikastola cero noticias de la salida. Hubo que solicitar la ayuda del señor Google y buscando apareció, por fin, algo (Araba Euskaraz Mendi Ibilaldia) que aclaraba y daba contenido a la misma.
Así se decía, que la salida era en el pantano de Maroño, que se pasaría por el pueblo de Agíniga para después subir por el portillo de Menérdiga a la sierra de Sálbada, visita al refugio del club, hollar el pico Iturrigorri y bajar de la sierra por Senda Negra hasta Lendoñogoiti y luego a Lendoñobeiti, donde el autobús recogería a los excursionistas para trasladarlos a Amurrio. Y, finalmente, que la salida sería de día entero.
De la hora de salida y de cómo trasladarse al pantano reinaba un mutismo total. El club, además, tiene un panel para informar en el centro del pueblo, pero nada se colgó sobre este evento montañero.
Lo dejado escrito líneas arriba no es crítica, son los hechos concisos que este evento ha dejado traslucir.
Por lo tanto, ante la incertidumbre creada por lo transcrito anteriormente, me dirigí en coche hasta el aparcamiento de Lendoñogoiti, siendo las 11:00 cuando llegué al mismo. Allí coincidí con el señor Etxeguren de Saratxo que en esos momentos aterrizaba para sacar a pasear al perro y, de paso, él también. “Al Iturrigorri que iba” –me dijo. Yo le dije que también, pero por el otro lado. Nos despedimos.
Caminando por Venta Fría me encontré con un matrimonio experimentado que iniciaba el Co Ral de La Sopeña hasta donde el tiempo les diese tregua.
 

 Bifurcación a los pies del Ungino. 
Por la dcha. sigue el C. R. que también conduce al portillo de Atatxa. El camino de la izda. al portillo de Menérdiga


Seguí el mismo camino hasta situarme encima del pueblo de Agíniga (o Agínaga) –“Situada a pies de los Picos Iturrigorri y Ungino”, que reza el panel informativo próximo– donde tomé el desvío, el sendero que conduce al portillo de Menérdiga –o eso creía yo– con la “suerte” de que anduve y desanduve por mil sitios hasta que casi arriba, remontando la ladera cubierta de crecida hierba, alcancé el sendero, casi al final del mismo, y llegué a dicho portillo.
 

Escalando entre las crecidas hierbas para alcanzar el sendero que conduce al portillo de Menérdiga por entre las dos primeras moles rocosas



                            Escalones para acceder -metros más arriba- al portillo mencionado 

 


Panorámica de la senda de Menérdiga que viniendo de Lendoñogoiti lleva al portillo de su nombre, arriba, en la sierra de Sálbada y que fue trampeada, alcanzándola a la altura de los pequeños árboles que la definen, después de subir por el pastizal inclinal

 
  


Portillo de Menérdiga que franquea el acceso a la sierra de Sálbada. El de la izda. está sellado, accediéndose por el de la dcha

Ya arriba, vista general de la sierra y visita visual de tres txabolas modernas que componen la majada de Menérdiga. Hay una cuarta txabola –de las de antes– que está caída y abandonada. También se encontraba a su lado un redil o aprisco para guardar las ovejas de noche del lobo. (En total, debían ser tres las antiguas; una de ellas construidas por los requetés durante la pasada guerra civil de 1936. Esta majada es de uso exclusivo de los pastores avecindados en el pueblo de Amurrio).
 

                           Restos de una antigua txabola en la majada de Menérdiga con el fondo de la silueta, en forma de proa, del pico Ungino



A lo lejos se acercaba un montañero que se dirigía al portillo por donde yo accedía poco antes a la sierra. Dejando atrás las txabolas, en la planicie elevada se asoma y mana la fuente natural de la que se abastece la majada. Cerca, la profundidad de una oquedad del suelo, a modo de nevera, conserva un gran trozo de nieve aún no derretida de un tamaño considerable.
  Vistas de las 3 modernas txabolas de la majada de Menérdiga con la silueta de Ungino despuntando
Nacedero o fuente de Menérdiga que fluye del interior de la oquedad de la roca. Más arriba hay un depósito de hormigón donde se recoge la traída de aguas

Más adelante, sobrepasando dicha majada de Menérdiga, oteo el barranco de La Ponata y en sus paredes verticales la cueva de El Horno de donde fluye el manantial de la fuente del mismo nombre. (Ver vídeo al final del texto). En esos momentos se divisa una muchedumbre de personas con gritos varios que acertaban a hacer cumbre en el Iturrigorri. Eran los de la salida antes enunciada, al principio de esta entrada. Digo muchedumbre porque, aunque sean pocos, en el monte y en la sierra parecen multitud. Les saludo enarbolando la makila y moviendo las manos pero ensimismados y abstraídos en sus gritos de jolgorio no avistan mi presencia en la distancia.
La "muchedumbre" celebra su "odisea" de hollar la cima de Iturrigorri
 



Sobrevolando el barranco de La Ponata, con el tejado del refugio del club de montaña Mendiko Lagunak de Amurrio en primer plano y la espalda de Iturrigorri en último plano
 



Salida al exterior del agua proveniente del nacedero o manantial de El Horno



Yo, dejando de lado el seguir sus pasos, me dirijo al refugio “Goizale”, situado al abrigo del barranco de La Ponata en el término y majada de San Isuso o Sanisuso que el club Mendiko Lagunak mendi Taldea tiene en propiedad en este paraje de la sierra de Sálbada (socios fundadores lo construyeron), donde descanso y tomo un tentempié. Por cierto, alguien se debió dejar abierta una ventana del mismo.

Refugio Goizale situado a 1051 msnm

Está provisto de todo lo necesario para disfrutar de una cómoda estancia





Huelga decir más. Las palabras lo dicen todo



El MdB se deja fotografiar en la terraza-balcón del refugio de montaña
 
Y aquí viene la sorpresa que, por otra parte, en anteriores salidas mis ojos no repararon en ello.
Fue ver el amor que se profesan dos hayas que desde su niñez, infancia y juventud crecieron juntas, una cerca de la otra, para, con el paso de los años, entrelazarse en un abrazo perpetuo que hará aumentar el amor que se dispensan, desde que decidieron unir sus vidas con el abrazo mutuo de sus altivas ramas.
Que sea para muchos años y que este entrelazamiento no les impida, en el transcurso de los años, respirar para su supervivencia. El feliz resultado pudiera ser que dos hayas con raíces propias produzcan un árbol con un único tronco y una única copa en la zona aérea de los mismos.
Y en este día y en esta tarde soleada, siendo las 16:30 hora peninsular (14:30 hora solar) me viene el recuerdo de la figura humana de Alberto Luengas (hijo) fallecido hace dos años en esta misma sierra de Sálbada que tanto quería y amaba.
El abrazo o beso eterno que les unirá para siempre
El abrazo aéreo de estas dos hayas de seguro que sería contemplado tantas veces por sus ojos en los innumerables paseos en los que pateó y holló cada palmo de la sierra por él querida. Y contemplando todo esto desde el mismo refugio del club montañero que su homónimo padre contribuyó a hacerlo una realidad con la ayuda de otros entusiastas montañeros de Amurrio y localidades limítrofes. (La fundación del club también se debe al entusiasmo e iniciativa de Alberto Luengas -padre-).
Al cabo de un rato de tomar un descanso y echar una cabezadita en uno de los bancos de la terraza del refugio (¿o habría que llamarla “balconada”? Casi me gusta más) con la ayuda gratificante del resolillo que hoy ha salido, me dispongo a continuar el camino a lo largo de todo el barranco de La Ponata hacia el portillo de La Barrerilla. La visita a la cumbre del Iturrigorri -que me perdonen- la pospongo para otra ocasión.
En estos instantes un pequeño pájaro cantor se posa en el gran balcón que me sirve de descanso y solaz alivio, para seguidamente colgarse de las ramas de las amantes hayas.
No consigo distinguir el color del buche, aunque el color tira a un anaranjado rojizo. En estos momentos, Alberto (padre e hijo) me hubieran sacado de la duda sobre el nombre de dicho pájaro cantor. ¿Pudiera ser un txantxangorri (“petirrojo” en castellano)?
Enfrente, pero a lo lejos, se distingue el ganado bovino con sus inconfundibles sonidos cencerriles. En el cielo por momentos se produce un constante viaje a ninguna parte de despojos de nubes que en nada alteran la radialidad del los rayos del sol.
En verdad, la tranquilidad de la soledad es un tesoro que no tiene precio aunque, a decir verdad también, la misma es menos en este paraje donde la naturaleza es la vida misma que a nadie deja indiferente en esta “soledad” sonora y de colores, todos ellos agradables.
Estaba en este letargo que produce el sueño vespertino cuando oigo acercarse a una joven pareja con su negro perro que, según me relata el joven varón, han recorrido parte de la sierra de Sálbada de ayer a hoy, empezando por el W. de la misma. Habían dejado el auto en el pueblo de Míjala, en el Valle de Losa y ahora se dirigían al mismo. El varón me dice que su madre es de Villalba de Losa, pueblo entroncado y disputativo con la ciudad de Orduña. Juan de Garay tiene la “culpa”.
Siguiendo con la apreciación de la soledad, una lagartija atrevida merodea por mis botas, en sus dominios de esta balconada del refugio Goizale. También algún que otro moscón en fase de aterrizaje.
Debo reconocer que los animales cuanto menos les molestemos menos temores nos tienen. Al txantxangorri lo he llegado a tener cerca, al alcance de la mano. Tal era su falta de temor hacia mi presencia. En algún momento la tranquila soledad es rota por el ruido que llega de esos vehículos de cuatro ruedas –quads– que circulan por el borde superior del barranco.

 



               Vista general de la majada de San Isuso con la txabola del pastor Santi Bea Urquijo en primer término




Abandono el lugar que controla el refugio y al poco rato, me veo sentado en el imponente banco de madera frente a la txabola del pastor Santi Bea Urquijo (ahora reutilizada por el Grupo Espeleológico Alavés –GEA–). Contemplando delante el refugio, me viene la imagen tomada por los pioneros de la construcción del mismo, posando frente a dicha txabola, y la de los cerdos que por los alrededores de estos lares “pastaban” en busca de alimento. Imagen en forma de fotografía que es asequible en alguna revista pero sobre todo en el libro “Andrés Luengas Otaola. El pastor más joven de la Sierra Salvada” que Alberto, basándose en la vida pastoril de su hermano en la más tierna infancia, supo también plasmar las vivencias, quehaceres y trabajos cotidianos que hasta no hace muchos años llenaban la vida de los pastores de la Sierra de Sálbada. (Ver las entradas El Libro del joven pastor, Andrés Luengas y Aztarna con la fiesta de Artzain Eguna y el libro sobre el pastor más joven).
   
Txabola en estado de abandono y en ruina




Txabola utilizada durante décadas por Santi Bea Urquijo (ahora la utiliza el Grupo Espeleológico Alavés -GEA-)

Dejo la pluma a un lado para continuar andando cerca de las txabolas que más abajo salen a mi paso: una remozada con ladrillo y cemento y la siguiente, más tradicional, de piedra pero con la techumbre derruida en parte y con visos de arruinarse en unos pocos años, si alguien no lo remedia deteniendo el proceso. Las tres situadas en la parte alta del barranco de La Ponata, en el paraje conocido como la majada de San Isuso, con derecho al disfrute del mismo por parte de los pastores avecindados en el –en la actualidad, extinto– Ayuntamiento de Lezama (pueblos de Larrinbe, Lezama, Lekamaña, Saratxo, Baranbio y Astobitza –éste sin entidad jurídica–).
Prosigo por el hayedo con sus colores primarios y sus peculiares formas en su suelo. Sorteadas las enormes piedras, abrigadas con el musgo envolvente, que conviven dentro del hayedo, se abre una llanura de tupido verde.
El cuco me recibe con su característico canto que me acompañará en parte del camino por el barranco de La Ponata. Y es que la tarde de hoy es antológica. La primavera en su plenitud toda. (Otra cosa fue el tiempo que sobrevino días después, con mayo y junio lluviosos y hasta con frío invernal).
El primer encuentro en esta llanura cubierta de la hermosa alfombra de verde primaveral es la silueta de una antigua txabola cuyos restos dibujan los cimientos en piedra de las paredes, de apenas 10 cm de altura. El arroyo del barranco está seco y el fondo de su cauce reluce a la sombra de las hayas.

 



Txabola con aires de grandeza, con la inscripción pictórica "Artzain txabola - Txabola de pastor" J. Elejalde




El siguiente paso da con la txabola de Goti, aunque en el frontispicio aparece la inscripción J. Elejalde que, tal vez, sea el autor de la inscripción pictórica que soporta el maderamen o viga. (Actualmente se ha convertido en un refugio). Está pegante a una moderna txabola -y de madera- que es gemela de otra situada más abajo y que en estos meses pasados ha sido pasto de un voraz incendio que no ha dejado nada de su estética. ¿Fue una cuenta o venganza entre pastores? ¡Ca! Más parece la actuación de algún descerebrado, racionalmente irracional. (En su tiempo debieron ser tres txabolas prefabricadas de madera).
 
Esto queda de la txabola de madera que fue pasto del fuego de algún descerebrado

Nada quedó de la misma


Debió suceder en los primeros meses de este año o finales del año anterior. Al menos en la longeva “Marcha o Ibilaldia” que todos los años organiza el club Mendiko Lagunak en el mes de noviembre, dicha txabola estaba en pie. (Ver la misma, en la última fotografía de la entrada Gorobel Ibilaldia ala Salbada mendilerrorako igoera, donde nada presagiaba lo que sucedería pocos meses después). (El paraje descrito, situado en la parte baja del barranco de La Ponata, ha sido tradicionalmente utilizado por los pastores vecinos de los cuatro pueblos de la Junta de Ruzabal o Larruazabal).
Ahora de nuevo se divisa el Iturrigorria y la figura de los dos últimos montañeros de la tarde que vuelven sobre sus pasos.
El portillo por el que se accede a la sierra de Sálbada, es utilizado esta vez para abandonar la sierra y descender al valle de Larruazabal. Arriba,  con el punto geodésico, Iturrigorri. Más abajo, Iturrigorri Txiki
 


                   Final de Senda Negra en el descenso de la misma y la barrerilla que la franquea, que da nombre al portillo


Me acerco a la boca del portillo de La Barrerilla pisando por el cauce seco del arroyo. Senda Negra espera al otro lado. En el corte del portillo hace un poco de frío pues está al Norte y ya no da el sol aquí.
Cumplido el trayecto de Senda Negra, me adentro en el hayedo sin solución de continuidad por sendero que en su mitad acaricia la piedra El Cojo, en referencia a Josu Isusi de Amurrio, que debido a su cojera la utilizaba como descanso. (Uno de los primeros colaboradores en las tareas de construcción del refugio montañero en San Isuso, en La Ponata. Incluso cedió su taller para el forjado de las verjas y la construcción de las ventanas y puerta de acceso al mismo. La puerta, que puede calificarse de “bandera”, fue elaborada por él y José Luis Uribe).
Ahora ya tomo el camino o pista por donde, pisándome los talones, se acercan –y me siguen– nueve vacas. Y la segunda, negra, que más parece la vaca de mala leche, que diría Manu Chao. Aligero el paso. Al cabo de un rato los badajos de las esquilas de las vacas dejan de oírse. Parece que se lo han pensado y de momento deciden no bajar al pueblo.
El camino es una alfombra tupida de la hojarasca de las hayas que a veces te traiciona al pisar sobre ella. Algún que otro barea o limaco (al igual que sucedió al subir a la sierra a la mañana) se entrecruza en el caminar de mis botas. A pesar de que en este tramo de la caminata se transita bajando, el sudor no se ausenta y aflora en el cuerpo.
Hayas caídas por el viento o por el temporal de nieve pasado que obstaculizan el camino, han sido taladas y serradas en espera de ser “bajadas” a las cercanías del pueblo para su provecho forestal o doméstico.
(El arroyo o riachuelo cuyo manantial nace en la falda sur del Iturrigorri mana agua bajando en cascada y discurriendo sonoro en las cercanías de Lendoñogoiti. Recibe el nombre de La Barrerilla (por el portillo) y tras cruzar y surtir de su preciado líquido el abrevadero y lavadero de este pueblo continúa su descenso al pueblo de Lendoñobeiti, alimentando el molino recuperado por los vecinos de este pueblo. (Goiti(a)=arriba; Beiti(a)=abajo, que la lógica gravitatoria explica claramente). Entrando en Saratxo muda de nombre por el de Cárduras al hacer su entrada por este barrio saratxoarra para, finalmente, entregar sus aguas en el más populoso río Nervión, en las cercanías de la presa y del esbelto puente de varios ojos del citado pueblo).
Ya casi abajo, terminando este periplo, la silueta de Iturrigorri me da la espalda –o, dicho correctamente, yo le doy la espalda a la silueta del mismo– no perdiéndome de vista hasta llegar al aparcamiento de coches. Y aún así, en el improvisado aparcamiento me echa su última mirada con un ¡Hasta la próxima! Hurrengora arte! (Sin ninguna prisa, una hora aproximada invertida en el descenso desde el portillo de La Barrerilla hasta el improvisado aparcamiento).
Cruzo ORDUÑA en fiestas y abarrotada de coches. Orduña está de capa caída aunque sigue siendo Villa y Ciudad señorial. En la actualidad posee el “honor” de carecer de tejido industrial, con nulo asentamiento de empresas (las que hubo han ido cerrando o desapareciendo por la “crisis” u otras causas) si exceptuamos al propio Ayuntamiento. Única empresa que tiene plantilla en nómina, aunque la mala gestión de la corporación anterior se las está haciendo verlas más negras que las de Caín. Se las desea para cubrir el agujero económico que la misma generó. Y parece que la “madre” Diputación de Bizkaia de echarles una mano, más bien que no. En todo caso al cuello. No están bien avenidos. ¿Será por el distinto color político en el gobierno de ambas instituciones o, tal vez, por despecho por su defenestración?
Entrando en el pueblo de SARATXO, el letrero Araba/Álava ha dado el salto a la margen izquierda del río Nervión, con lo que se ha apropiado de la misma. ¿Se habrán enterado en Bizkaia? Antes estaba en la margen derecha.
Al poco, en la misma carretera, placa que dice “Cuadrilla de Ayala” a iniciativa del PNV (cuando gobernó la Diputación de Álava, en la anterior legislatura) que en esto es muy dado en afirmaciones y exaltaciones de “Álava Sí”, pero de Ayala “cero” (¿Será que con ello quieren borrar la memoria de nuestra historia propia?). Toda la provincia alavesa está plagada de estas placas. En unos sitios, como en la Llanada, se simultanean varias veces y sucesivamente en un mismo tramo de carretera, por caprichos jurisdiccionales.
En AMURRIO, tranquilidad con ausencia absoluta de automóviles. Deben estar en Orduña que son las fiestas de los ochomayos.

NOTA
Si algún lector/a está interesado en profundizar en el conocimiento de la historia de las majadas, de los pastores que habitaron las txabolas habidas en ellas, costumbres, usos y entretenimientos que los mismos tenían durante su estancia en la Sierra de Sálbada, así el mapa y lugares de la misma, pueden contactar con la Asociación Etnográfica AZTARNA Etnografia Elkartea de Amurrio que de esto sus componentes saben un rato, u hojear los dos números especiales que la misma Asociación le dedicó al pastoreo y ganadería en la Tierra de Ayala y en la Sierra de Sálbada (Nº 26 y 30. Otoño 2003 y 2005). Se pueden descargar entrando en la web www.aztarna.es o pedirlas en soporte papel. Así como los artículos sueltos aparecidos en distintos números de la revista Aztarna, editada por dicha Asociación amurriarra de Etnografía.

El siguiente vídeo escenifica el nacimiento y recorrido de las aguas cristalinas de la cueva y fuente El Horno que alimentan al refugio http://youtu.be/WbFcwpX_ikA. 
 
 



Magestuosa la espalda sur del pico Ungino con la proa mirando al norte, sobre la histórica Tierra de Ayala - Aiara Herri en la que la sierra de Sálbada está incluida.
Vista después de dejar atrás la majada de Menérdiga, camino del barranco de La Ponata





Idéntica espalda sur, en este caso, del pico IturrigorriVista desde las cercanías del borde superior del barranco de La Ponata donde se abriga el refugio Goizale




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