jueves, 16 de febrero de 2012

Subida al Pagasarri desde Bilbao

 Una marchante-murchante con el veterano alpinista Juanjo San Sebastián
Subida al Pagasarri desde Bilbao 

       El pasado domingo 18 de diciembre de 2011, tuvo lugar el acontecimiento anual de la subida al monte Pagasarri que organiza BBK, desde este año 2012 KutxaBank.
        A las 9:00 dio comienzo la marcha desde la Gran Vía bilbotarra, pues Bilbao también es Bilbo a pesar de los reparos y oposición que opone su alcalde Inaki Azkuna ¿A quién sino se le ocurre rotular por todos los sitios el eslogan “Bilbao garbia”? Bilbao –y los bilbainos o bilbotarrak– tendrá muchos tópicos y ademanes de cierta chulería que le hacen ser gracioso y aceptados por el resto de lxs vascxs, pero el eslogan antedicho raya casi el desprecio hacia el euskara. Para eso, es mejor ser coherentes y ponerlo en castellano. Por supuesto, lejos está que algún día se le ocurra rotular “Metro Bilbao” en su versión “Bilbo Aieta”, que parece la traducción más apropiada y equivalente en la lengua eusquérica. Por cierto, a Azkuna se le vio al mediodía boicoteando las protestas sindicales en contra de la apertura de tiendas los domingos, entrando en algunas de ellas con la presencia de las cámaras de la televisión para que le retraten en su afán de ser el sheriff de Bilbao. (Al final de esta entrada se puede ver la caricaturización que, a modo de denuncia, realiza el sindicato nacional mayoritario sobre esto último. De otro lado, perdona atento lector/a, si no compartes la crítica más arriba expresada, pero a uno se le revuelven las tripas cuando ve la actuación de algunos dirigentes políticos que militan en partidos vascos y además euskaldunes o euskaltzales y luego en su día a día ignoran la defensa de la lengua propia).
     Previamente al comienzo, inscripción con su contante económico (7€ x barba) que da derecho a degustar un bocadillo y el obsequio de una mochila “Ternua”, que esperan en la cima.
Así qué bien. Se lo merecían. ¡Aupa! por ellos
      El paso comienza rápido y trepidante encabezándolo Juanjo San Sebastián, persona de sobra conocida en los ambientes y organizador del evento –"cerebro y corazón de la Subida al Pagasarri"–, al que le precede la camioneta con la fanfarre que animará por todo el trayecto urbano de la marcha y luego también arriba, en Pagasarri, en las campas.
      Saliendo desde el palacio de la Diputación Foral de Bizkaia, discurre vía abajo, cruza las Siete Calles, se cruza el río Nervión por el puente de San Antón y se encamina al monte Pagasarri. Antes de abandonar el Bilbao urbano la marcha ladea el recinto de baloncesto bautizado con ese nombre colonial y yanqui que todo lo envuelve de “Bilbao Arena”. Sube y cruza el nuevo barrio de Miribilla –y también San Adrián– para salir por Larraskitubidea y enfilar el inicio ya no urbano de Pagasarribidea, todo a través del puente de Larraskitu que sobre vuela la A-8 de circunvalación de Bilbao, cubierto en parte por unas marquesinas compuestas por perfiles metálicos y policarbonato, para cortar el viento y la lluvia, protegiendo así a los peatones y vecinos del barrio.
Algunos ya vuelven
A falta de poco para llegar

Campas de Pagasarri, casi en la cima
    Tras el fuerte repecho del inicio, espera la carpa con cantidades ingentes de vasos blancos de plástico llenos de agua, que tras ser vaciados por los todavía no sedientos marchistas, dejan un reguero de bolsas de basura (de las industriales) con el estimado recipiente. Para reciclar ¡se supone! Aún así, ¿no se podría evitar dañar el medio ambiente evitando la generalización y gasto de tanto vaso? Ese día fueron algunos miles de vasos, tantos como las personas inscritas más las que subieron si pasar por taquilla.
       Se siguió subiendo por pista forestal bien transitable, con vistas a la ladera montañosa y a los distintos riachuelos con maravillosas cascadas que el día obsequió. Se olvidaba decir que el día –fundamentalmente la mañana– fue de lluvia total. Al principio, en el recorrido urbano aguantó, pero tras acceder a la zona de montaña la misma no nos abandonó, de ahí las pequeñas maravillas de las cascadas.
Cima de Pagasarri (673 m)
Placa conmemorativa
      Este día el recorrido tuvo un trazado algo distinto ya que se desvió por Artabe y mereció la pena (en lugar de coger el normal, a la derecha, y llegar antes arriba). Aunque muchos de los mendizales –quizá por no tener todavía rodadas las piernas de kilómetros montañiles– cogieron el trazado habitual de todos los días del año y así ahorrarse unos kilómetros y minutos, también. Algunos también por despiste. De Artabe se llegó al collado de Pastorekorta (curioso topónimo híbrido castellano euskera compuesto) para alcanzar las campas o explanada de Pagasarri, que más parecía la fiesta-romería de alguna de las muchas ermitas que proliferan por Euskal Herria.
       Aquí, el bocadillo de tortilla de patata o chorizo acompañado con el vaso de agua o vino (no había más opciones), también había para tomar caldo de un sabor aromático no hecho para mi desacostumbrado estómago; eran los manjares que se degustaron y se devoraron con devoción casi imperceptible. Luego vendría el obsequio u oparia de la mochila Ternua. O al revés, según guste al personal.
La AP-8 o Supersur desde el camino a Pagasarri
     Aclarar, para muchos que lo desconozcan, que para hollar la cima de Pagasarri (673 msnm), desde esta explanada se debe ascender unos pocos metros en una distancia de unos 200 m para alcanzarla y decir de esta manera, que se ha subido y estado en Pagasarri. Si no la subida es fallida. Y por supuesto, la foto de rigor que testifique que la proeza ha sido conseguida.
       Por momentos la explanada, centro de reunión general de todos los allí subidos y llegados, era envuelta por un suave velo de lluvia blanca, más comúnmente llamada niebla. Nos esperaba en la misma, también la mesa de la plataforma "Ganekogorta Aurrera" con recogida de firmas para denunciar el proyecto de parque eólico, el intento sibilino, como todos los llevados por las instituciones gubernativas, en este caso del Gobierno Vasco, de colocarnos en la cima de Ganekogorta sus caprichosos molinillos de viento. (Así en los días de verano, los ejecutivos de las empresas impulsoras de tal esbelteces paisajísticas no sufran los rigores del calor propio de esa estación). La denuncia y movilizaciones de dicha plataforma es bien clara: conseguir la protección del macizo Pagasarri-Ganekogorta y liberar de macroproyectos que, aparte del beneficio inmediato, buscan la «industrialización» de los entornos naturales, alterando su biodiversidad.
         Dejamos el bullicio de gentes y música del País para retornar al Botxo bilbotarra.
Sí señor
Ahora sí, cogimos el camino de costumbre, utilizado para subir a este monte, pues aunque yo esté hecho de hierro –bueno, de amasijos de hierro– no era cuestión de forzar la máquina, más teniendo en cuenta que el día anterior, el aquí mendigoizale de Babio, tuvo otro arranque montañero entre las localidades de Lagrán y Laguardia. Ahí es nada. Digo yo. (Próximamente haré la exposición y relato del recorrido de dicho día entre ambas localidades de la Rioja de Álava).
        A lo que íbamos, bajé por el camino acostumbrado con cierto frío en los dedos de mis manos metálicas, acompañándome como fiel compañera la lluvia que en este día mañanero se hizo cansina.
        Al pasar por el Casco Viejo o Alde Zaharra de las Siete Calles me detuve para comprar el saludable e inconmensurable turrón del inigualable Eladio Iváñez, con “v”. El de toda la vida. Tradición que perdura, acompañada también con la compra de las conocidas “glorias” y la pequeña camada de perritos y perritas con su mamá perra. Cuesta un poco de pasta pero la ocasión lo requiere y ¡qué carajo! no todos los días se come tan buen turrón.
       Para la organización un estirón de orejas, ya que todavía no sé la distancia recorrida (ida-vuelta) de la que dicen que es la XXI edición de la Marcha al Pagasarri. El mapa habla de 12 km pero sólo de subida. Me pareció que fue menos, pues en 2 horas estabas arriba sin forzar el motor. Y la bajada fue de, apenas, 1:15 hora, ¿cuántos km en total? Estas cositas siempre es interesante y bonito dejarlas meridianamente claras.
        A quien corresponda. Las señales que indican los lugares a los que se puede acceder, bien podrían adjuntar la distancia y el tiempo a invertir para alcanzarlos. Los responsables de los mismos, más les valdría darse una vuelta por fuera del término de Bilbao-Bilbo y aprender un poco de lo bien que lo hacen en otros lares de nuestra geografía.
       Hasta la próxima, a celebrar a finales del año en el que nos encontramos.

La iglesia de San Antón en pleno barrio antiguo de las Siete Calles o Alde Zaharra



Bilbao con su característica chimenea dibujando el fondo. Sólo le falta echar humo

Así de primoroso es el alcalde de Bilbao/Bilbo. "Igandetan beti open"

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